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Luis Caputo se pone el chaleco de repartidor y sale a hacer 'delivery de economía'

hace 13 horas en clarin.com por Clarin.com - Home

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Luis Caputo se pone el chaleco de repartidor y sale a hacer 'delivery de economía'

A Luis Caputo en Wall Street le dicen DVP. Es un término que en inglés significa ‘delivery versus payment’ (pago contra entrega, traducido al español). Se trata de una expresión utilizada en las mesas de dinero cuando alguien le quiere prestar plata a otro pero exige a cambio que la otra parte haga los deberes para asegurarse que tenga capacidad de repago.

“No me gusta la credibilidad que tenemos”, se sinceró este martes Caputo delante de inversores. “Con todo lo que hicimos, a esta altura creía que el riesgo país iba a estar más cerca de 300 puntos básicos o 350. Sin embargo está en 600 puntos”, se mortificó el ministro.

El riesgo país parece no inmutarse (cerró el martes en 635) frente al anuncio del regreso a los mercados de deuda y la baja de retenciones. El viernes en Economía estaban eufóricos con el regreso al mercado de deuda y también el Presidente está optimista en que más temprano que tarde el spread se derrumbe a los niveles que Caputo imaginaba. Sin embargo el índice que elabora JP Morgan apenas bajó.

El ministro de Economía confesó que la Argentina tiene dependencia de Wall Street como ningún otro país y que su propósito “es terminar con esa dependencia, que la mayoría de las empresas y Gobierno se puedan financiar en el mercado doméstico”.

Dólares en la Argentina hay. Casi US$ 200.000 millones están debajo de los colchones de los argentinos. Muchos prefieren perder 5% anual como dice el personaje de Guillermo Francella en la serie El Encargado. “Los dólares apiladitos, uno sobre uno debajo del colchón”. Para Caputo “esta es la prueba del daño psicológico que se ha hecho” .

La colocación de este miércoles es una buena oportunidad para tomar quizá ese envión. El equipo económico festejará los US$ 1.000 millones que dijo Caputo busca conseguir. También se habla de un préstamo o fondos de bancos privados (repo) de “a lo sumo” unos US$ 5.000 millones. El tema en conversación es qué títulos con aforo de garantía entregaría el Gobierno.

Lo de este miércoles no se trata de un regreso a los mercados internacionales en donde la Argentina compite con otros países para convencer a los inversores que le presten la plata a Caputo y no a otro ministro de Economía. Consiste en una operación en el mercado doméstico, algo así como cazar dentro de un zoológico si se tiene en cuenta que hay récord de depósitos en dólares. Antes de las elecciones había US$ 30.000 millones en los bancos y ahora hay US$ 35.000 millones con motivo de la dolarización de carteras. La clave de la colocación, por lo tanto, será evaluar cuánto debajo del 10% cierra la tasa y en función de ello, sostienen varios analistas, cuán rápido podría llegar el dólar al techo de la banda (hoy el tipo de cambio mayorista está a 5,1% del límite superior).

Antes de las elecciones, el staff del FMI era muy crítico del sistema cambiario, según trascendió de conversaciones privadas con analistas locales e internacionales. Ya en el staff report de abril pasado, cuando se firmó el acuerdo de entendimiento entre Argentina y el FMI -se salió del cepo-, el organismo publicó que el peso estaba apreciado entre 15% y 25% respecto de un tipo de cambio real de equilibrio. Dicho cálculo no se incluyó en el siguiente informe (agosto).

En el Gobierno sostienen que la suba del dólar que vino luego compensó esa apreciación. Un trabajo del IIEP de la Universidad de Buenos Aires corrobora eso: la competitividad del tipo de cambio descontando la inflación mejoró 24% desde que se salió del cepo. Esto fue producto de que el dólar subió 35% desde mediados de abril, la inflación 15% y el real se apreció 11%, según el trabajo.

Caputo repitió ayer que las bandas no se modificarán y fue un paso más al decir que el FMI piensa igual.

Según Allaría Ledesma, no habrá modificación en el esquema cambiario con el FMI sino “un ajuste retórico y un cambio en la política de facto” ya que el programa original permitía al BCRA comprar divisas dentro de la banda.

Para el mercado el Gobierno está delante de una oportunidad o incluso de un penal si logra mostrar esos resultados porque de ese modo compensará al “Caputo DVP”.

En ese sentido, el ex secretario de Finanzas Daniel Marx enumeró cuatro desafíos que la Argentina enfrenta en 2026: refinar el esquema cambiario (“acumular reservas y definir el camino para ir levantando el ‘cepo’ para las empresas, llevarían a alcanzar una mayor normalización”), ampliar la base de sustento para la política fiscal (“discusión y sanción del Presupuesto 2026”), potenciar el nivel de actividad y empleo, adaptar las normas a criterios de eficiencia y flexibilidad.

El ministro admitió ayer que llevará tiempo para que la Argentina revierta décadas de desconfianza en sus instituciones y funcionarios. Y que las bandas cambiarias son de ayuda ya que “sería muy pretencioso querer flotar de un día para el otro en un país con este nivel de volatilidad”. De ahí que para Caputo el actual gobierno “tiene que estar mostrando constantemente resultados, haciendo delivery, explicar, comunicar y que los resultados te avalen. Pero es un proceso y falta”.

Los procesos de desinflación suelen llevar tiempo. De acuerdo a una exposición realizada por la economista estadounidense Carmen Reinhart citada en un trabajo de Fundación Capital, el 60% de los países tardaron más de siete años en alcanzar una inflación de un dígito y el 40% más de 10 años. Caputo por lo pronto busca hacer el delivery más rápido que sus antecesores. Recién después le prestarán plata.

Ezequiel Burgo

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