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Cuando el círculo rojo supuso que Javier Milei usaría a Mauricio Macri como espejo para ejercer su presidencia, acertó a medias. Es cierto que el libertario usufructuó el apoyo del líder del PRO para acceder al poder y se mantuvo cerca, sobre todo de arranque. Pero parte del aprendizaje, advierten en Casa Rosada, fue para diferenciarse de la experiencia de Cambiemos. No repetir lo que, en su análisis, llevó a Macri al fracaso.
La comparación, hoy, resulta inevitable. Como el exmandatario del PRO, Milei acaba de sortear el escollo electoral intermedio con contundencia y entra en la segunda etapa de su primer mandato.
En el caso de Macri, aquella victoria fue el prólogo del ocaso. Empezaron a caer las expectativas económicas, la reforma previsional se aprobó con un altísimo costo de violencia en las calles y se cerraron los mercados.
Lo que vino después es historia conocida: el Gobierno se dedicó a sobrevivir, con el único objetivo de completar los cuatro años. Más allá de la épica del relato por el repunte entre la PASO y la primera vuelta presidencial, la salida estaba cantada.
¿Por qué con Milei sería distinto? Analistas y fuentes del oficialismo diferencian puntos centrales, que consideran errores de la experiencia macrista:
1) Milei hizo el ajuste de entrada, aun con una representación mínima en el Congreso (10% del Senado y 15% de Diputados, números redondos): "Macri quiso hacer el ajuste en 2017, con la reforma previsional, y perdió".
2) Milei no formó un Gobierno de coalición. "Macri subía un poco las tarifas y tenía que ir para atrás porque se quejaban Carrió o los radicales".
3) Milei no confía en los gobernadores. "Este año, algunos nos van a apoyar porque ganamos la elección, y necesitan obras y fondos. Pero en 2027, al menos los peronistas, se vuelven a juntar todos".
Sobre este punto, en la Rosada usan el ejemplo de una misma provincia: Tucumán. "Macri creía que porque Manzur criticaba a Cristina, no lo iba a cagar. Y lo cagó. Nosotros ahora tenemos de aliado a Jaldo, pero el año que viene sabemos que vuelve con el peronismo".
Este apoyo circunstancial de los gobernadores, confía el Presidente, le permitirá avanzar relativamente rápido con el Presupuesto. Espera tenerlo aprobado en diciembre. Enero sería de descanso (hay varios funcionarios con vacaciones programadas) y en febrero seguirían las reformas laboral e impositiva. "Los cambios del código penal son profundos y la discusión puede llevar varios meses", advierten.
"Estos son los cambios clave para la segunda parte del mandato. Y Milei lo tenía claro de entrada. Los primeros dos años, para hacer el ajuste y estabilizar. Los otros dos, para avanzar con las reformas de segunda generación y crecer", agregan.
Y antes de que Clarín pueda meter bocado, el mismo funcionario avisa: "Para el segundo mandato quedan las reformas de tercera generación, como la previsional. Esto siempre estuvo pensado como un proceso de ocho años".
No es un misterio a voces. El propio Presidente, su hermana Karina y el titular de Diputados, Martín Menem, avisaron que buscarán la reelección. Con optimismo pero con cautela. Saben que del otro lado hay un anti mileísmo fuerte, no menor al 30% del electorado, que es un riesgo latente.
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