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En septiembre, por tercer mes consecutivo, las importaciones de Bienes de Consumo marcaron un nuevo máximo histórico. Totalizaron US$ 1.157 millones, mientras que en el acumulado enero-septiembre alcanzaron US$ 8.376 millones, el valor más alto de la serie con origen en 2004. Así lo indica un informe realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en base a datos oficiales.
Este monto supera en US$ 1.693 millones el récord previo, registrado en el mismo período de 2018, lo que implica un incremento del 25,3%.
En términos relativos, las importaciones de Bienes de Consumo representan el 14,6% del total de importaciones de bienes en 2025, ubicándose 4,1 puntos porcentuales por encima del mismo período de 2023.
¿En qué sectores crecieron más las importaciones? En el acumulado de los primeros tres trimestres del año el salto contra el 2024 lo lideran: Electrodomésticos, baterías y lámparas con un alza del 248,9%; Motos, bicicletas y otros equipos de transporte, 124,6%; Prendas de vestir, 61,8%; Productos alimenticios, 77,4% y Marroquinería, 44,7%. Hay que tener en cuenta que estos cinco sectores concentran la mitad (48,8%) de las importaciones totales de Bienes de Consumo entre enero y septiembre 2025.
Al considerar las variaciones relativas, el sector de Prendas de vestir lidera el crecimiento, con un alza del 152% en el número de importadores respecto a 2023. A continuación, se posicionan Joyería, juguetes, instrumentos musicales y vestimenta de seguridad (131%), Productos alimenticios (127%) y Electrodomésticos, baterías y lámparas (106%).
Entre los importadores del sector textil, Adidas encabeza el ranking, con importaciones por US$ 40,2 millones, un salto del 323% respecto de 2023. Le sigue TAC Argentina, dueña de la marca Zara, con US$ 38,5 millones, que no registraba importaciones hace dos años. Y, en tercer lugar, Puma Sports Argentina, con US$ 15,7 millones, duplicando su volumen con un aumento del 106%.
El aumento de las importaciones dentro de la cadena textil vino acompañado de un cambio en la composición. El mayor crecimiento se concentra en los productos finales, tanto prendas terminadas como tejidos de punto. Esta dinámica golpea a todos los segmentos industriales porque reduce la demanda de hilados, tejidos, tintorería y materias primas, lo que termina frenando buena parte de la producción local.
Desde CEPA señalaron que "este comportamiento tiene antecedentes. Desde los años noventa, cuando se separaron las marcas de las fábricas, el sector se mueve según el clima macroeconómico. En contextos de apertura y tipo de cambio apreciado como el actual, las empresas se vuelcan a la importación, mientras que en escenarios con un tipo de cambio más competitivo y políticas que estimulan la producción nacional retoman las compras locales".
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