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Bill Franke, nacido en abril de 1937 la ciudad de Bryant del estado de Texas, en Estados Unidos, no pronuncia una sola palabra en español cuando toma el micrófono. Este abogado y también ex piloto de avión acumula décadas como financista, hoy al frente del de inversión Indigo Partners, que tiene acciones en cinco líneas aéreas low cost en distintas partes de mundo: Frontier Airlines de Estados Unidos, Wizz Air de Hungría, Volaris de México, Cebu Pacific Air de Filipinas y JetSmart en Chile, Argentina, Perú y Colombia.
Con su acento texano, Franke se dedicó la semana pasada a sorprender a la mayor parte de un auditorio reunido en un salón de eventos de Palermo cuando les contó que su lugar en el mundo, al menos durante una parte importante de su vida, no fue Texas ni ninguna ciudad de Estados Unidos sino Asunción del Paraguay.
“Mi corazón está en Asunción, donde viví de pequeño por el trabajo de mi padre, y por eso cada vez que buscamos nuevas rutas para JetSmart pregunto si van a tener conexión con Asunción”, contó Franke, quien también relató cómo un capítulo importante de su vida transcurrió en la Argentina, en el partido de La Matanza, donde fue pupilo del tradicional colegio Ward, de la Iglesia Metodista.
“Mi padre trabajaba en Asunción y quería que yo ingresara a un colegio que pudiera prepararme para la universidad en Estados Unidos. Así que tras una búsqueda sobre las instituciones que había en aquella época llegamos a la Argentina y pasé a ser alumno pupilo del Ward de Ramos Mejía. Era un muy buen colegio y fueron buenos años. Hasta que me tuve que ir porque la iglesia se peleó con el gobierno de Perón”, agregó Franke, quien viajó a Buenos Aires para celebrar la incorporación del avión número 50 de JetSmart.
Unos 16 de esos 50 aviones hoy están basados en Buenos Aires y este año JetSmart va a finalizar como la número dos del cabotaje argentino, con una cantidad de aeronaves y una posición de mercado (26% de participación en octubre, poco menos de la mitad del 56% que hoy detenta la líder Aerolíneas Argentinas) que la acerca al rol de principal competidora que durante muchos años cumplió Lan/Latam hasta su salida del país en 2020.
“Nuestro proyecto ahora que JetSmart llegó a los 50 aviones es alcanzar una flota de 100 aviones en 2030 o 2031”, dijo Estuardo Ortiz, CEO y cofundador de esta línea aérea que arrancó en 2017 en Santiago de Chile y que armó un año más tarde su filial en la Argentina tras comprar las acciones de la aerolínea Alas del Sur. El vuelo inaugural de JetSmart Argentina fue en abril de 2019, con Bill Franke a bordo del primer Airbus A320 que salió desde El Palomar hacia Mendoza.
¿Cuántos de esos 100 aviones pasarán a incrementar la flota de JetSmart en el país? En la empresa no dan precisiones, y agregan que la cantidad de aeronaves a partir de la política de “cielos abiertos” del gobierno de Milei puede cambiar según el momento de la temporada, ya que ahora los aviones de empresas locales de cabotaje pueden tener matrícula tanto argentina como de otros países con los cuales tenga firmado un acuerdo de intercambio. Eso ocurre con Chile, país donde están matriculados los aviones más recientes que JetSmart incorporó a su operación en Argentina.
“Gracias a la política de intercambio que habilitó el actual gobierno pudimos incrementar nuestra operación en la Argentina”, agregó Ortiz.
Los dueños de JetSmart son Indigo Partners y también American Airlines, que ingresó como accionista minoritario en 2021, con un porcentaje que las partes se negaron a revelar. Pero Franke dijo, la semana pasada, que su aspiración ahora pasa por poner a cotizar a JetSmart en la Bolsa, para finalizar el ciclo de inversión que caracteriza a fondos como Indigo.
“Nuestra aspiración en poner a JetSmart en cotización publica”, remató su discurso Franke. “Es una posibilidad a futuro”, agregó por su parte Ortiz, aunque no quiso dar mayores presiones.
La intención de poner a cotizar en Bolsa a las líneas aéreas locales no es nueva. En 2004 el grupo español Marsans, por entonces dueño de Aerolíneas Argentinas, anunció que iba a colocar el 40% de la empresa en la Bolsa, lo cual nunca se concretó. Mucho más acá en el tiempo el fondo de inversión estadounidense Cartesian anunció en 2023 que iba a colocar acciones de Flybondi en Wall Street, para que cotizara en el índice Nasdaq. En aquel caso iba a ser a través de un intercambio de acciones con otra empresa que ya cotizaba en la Bolsa de Nueva York, pero en junio de este año la operación fue cancelada y el control accionario de Flybondi fue transferido al argentino Leandro Scatturice.
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