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China fabrica, el mundo ensambla

hace 24 horas en clarin.com por Clarin.com - Home

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China fabrica, el mundo ensambla

La reacción de los Estados Unidos y Europa a los cambios de la localización global de la industria no es exagerada. China después de un poco más de cuatro décadas de implementar su nueva economía concentra el 35% de la producción manufacturera global y los pronósticos indican que llegará al 45% en los próximos 5 años. Esto implica más que Estados Unidos, Alemania, Japón, India y Corea juntos.

Las exportaciones y la construcción constituyeron en el inicio los principales motores de crecimiento de China. El gobierno organizó las Zonas Económicas Especiales (ZEE) para recibir las inversiones de las empresas multinacionales ofreciendo amplias exenciones impositivas, infraestructura y mano de obra barata y disciplinada para ensamblar partes y piezas importadas con el fin de exportar los productos finales a los mercados de los países desarrollados. Las ZEE se localizaron en las zonas costeras para facilitar el transporte y se convirtieron en verdaderas plataformas de exportación para capacitación y obtención de divisas.

El vicepresidente James D. Vance señaló que la globalización falló porque los líderes del mundo occidental no previeron la rapidez de adaptación y aprendizaje de los países receptores de inversiones extrajeras refiriéndose en especial a los cambios en el comercio exterior de China. Esta referencia puede ejemplificarse con la evolución de las inversiones de las multinacionales. La principal empresa alemana de automotores comenzó sus actividades en China en 1984 con una modesta facilidad ensambladora de CKD importados desde su casa matriz. En la actualidad posee 39 plantas, un Centro Tecnológico (VCTC) en Heifen que cuenta con más de 100 laboratorios, una extensa red de proveedores domésticos y produce 3 millones de unidades de automotores tanto para el mercado interno como de exportación.

El comercio exterior entre China y Alemania fue modificándose con los cambios de la actividad de las multinacionales y el surgimiento de empresas locales. En 2010 el comercio entre estos dos países fue de 181.074 con un saldo favorable para el primero de 22.920 millones. En 2024, el comercio bilateral aumentó 46% llegando a 266.693 pero el superávit a favor de China se incrementó en 208% alcanzado los 71.726 millones. China en estos 40 años no solo disminuyó la importación de partes desde Alemania, sino que se convirtió en un proveedor esencial de componentes de la industria automotriz europea y principal competidor de la industria alemana tanto en calidad como precio. Con motivo de las restricciones en EE.UU. las empresas chinas está redireccionando ese excedente hacia el mercado europeo y terceros países. El proceso de desindustrialización hoy en Alemania es una realidad.

La expansión de las multinacionales explica en parte la industrialización. Si bien esas empresas encontraron un mercado propicio para crecer y obtener una mayor rentabilidad, el gobierno de China direccionó con planificación, subsidios, empresas estatales y créditos para consolidar su posición como centro de la industria mundial. Un reciente trabajo de la Fundación Hinrich dice que “el viejo modelo de crecimiento colapsó en 2021 con la crisis inmobiliaria.

La mayoría de los economistas asumía que China asumiría el modelo de mayor consumo para absorber el exceso de producción”. Sin embargo, se embarcó en un programa que el presidente Xi denominó “Fuerzas Productivas de Nueva Calidad” (NQPF) para ganar productividad, innovación y modernización industrial. China pareciera decidida a proseguir con la política de afianzar su superioridad no solo para crecer sino también para desafiar el liderazgo de los Estados Unidos.

El proceso de desindustrialización no se limita solo a Europa y Estados Unidos. Los países del “Sur Global”, supuestamente aliados de China en esta competencia con occidente, están sometidos a la misma presión recibiendo inversiones chinas que solo ensamblan lo que importan del continente. Las restricciones de los Estados Unidos están acelerando este proceso con el aumento de las exportaciones chinas primero a la ASEAN, pero también a los países periféricos. No falta mucho para que Xi Jinping vea realizado su ambición de centralidad de la civilización china mientras el resto del mundo con paciencia se limitará a convertirse en una universal Tierra del Fuego.

Felipe Frydman

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