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La octava audiencia del juicio por la causa Cuadernos desplegó este martes la extensa lectura de los 191 puntos de la acusación contra Cristina Kirchner y los funcionarios que la acompañaron en el sector de la obra pública en su presidencia. En esta ocasión se leyeron los requerimientos de elevación a juicio por "la Camarita", el expediente conexo a la causa central que investiga un circuito de sobornos que se estableció desde la Cámara de la Construcción. La audiencia terminó con esa parte de la lectura y pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves a las 9. Seguí todas las novedades sobre el juicio por los Cuadernos de las Coimas en la cobertura minuto a minuto de Clarín.
Carlos Wagner, expresidente de la Cámara de la Construcción, dijo que el anticipo financiero era “normalmente del 10%, y de ese anticipo pagaban el 5% de retorno. A veces, el 3% si la obra no tenía anticipo financiero contra los certificados de obra”.
Cuando ese valor se fijaba, el presidente de la Cámara se lo pasaba a José López y él, a su vez, “se la pasaba a la gente de vialidad para que lo incluyan en el listado del próximo mes. El listado que me pasaba la gente de la DNV era un listado de certificados de obra ejecutado por las empresas y que se adeudaba. El porcentaje del 3% era un acuerdo que tenían con Clarens”.
Tras la lectura de los 191 acusaciones de cohecho, el Tribunal Oral Federal dispuso un cuarto intermedio hasta el jueves a las 9.
De acuerdo a las acusaciones, surge que -según lo admitido por una sola empresa- la constructora llegó a pagar en 2013 algo más de 5.637.000 pesos, lo que al cambio de la época (10 pesos el dólar blue) daba un aproximado de 560 mil dólares. Y eso por uno solo del múltiples testimonios admitidos en la causa.
Reticente a mostrarse en el banquillo de los acusados, la ex presidenta que se encuentra detenida con prisión domiciliaria en la causa Vialidad apenas asoma su hombro, con una camisa blanca y su pelo caoba en la ventana de la pantalla de la computadora desde la que participa de la audiencia por el juicio donde está acusada por recibir coimas.
A su lado, desde uno de los salones de su piso en el barrio porteño de Constitución, la acompaña el abogado defensor Ary Llernovoy, de quien también solo se ve una parte del rostro.
En la reiterativa lectura de las sesenta páginas de las acusaciones por cohecho pasivo, una voz femenina continuó leyendo las imputaciones contra Cristina Fernández, Julio De Vido y José López como receptores de distintas sumas de dinero por parte de empresarios a modo de coima.
En los distintos casos de las empresas constructoras que admitieron haber pagado coimas para recibir beneficios, la acusación apunta a la ex presidenta, su ministro de Planificación Federal y su secretarios de Obras Públicas, siempre con la intervención de Ernesto Clarens.
Atentos a la lectura de los cargos, a medida que iban siendo nombrados, los acusados, sus defensores y los funcionarios judiciales seguían atentamente esta tarde la detallada lectura de las acusaciones en la causa Cuadernos por parte del Tribunal Oral Federal 7.
Así se podía ver en la transmisión de la audiencia virtual que se desarrollaba desde una página de la justicia.
Cerca del punto 25 de las acusaciones contra Cristina Kirchner, Julio De Vido y José López, cambió la voz del encargado de la lectura del extenso expediente por parte de los secretarios judiciales que se turnan para esta tardea en la que además de la precisión de las imputaciones deben reiterar los cargos por "asociación ilícita" de los funcionarios para que modificaran su conducta respecto de cada una de las empresas que interactuaba con ellos.
En ese parte de la lectura, se fueron revelando los montos de dinero que cada una de las empresas involucradas en la causa iban entregando a Ernesto Clarens por los distintos operadores de estas maniobras y distintas fechas de 2011.
En la reanudación de la audiencia se escuchó que la finalidad de los sobornos que pagaban los dueños de diversas compañías, tenía como finalidad que “los funcionarios que integraron la asociación ilícita hicieran o dejaran de hacer algo atinente a sus funciones en beneficio de dicha empresa”.
A la expresidenta, en este expediente, se le atribuyen 191 hechos de cohecho pasivo al igual que a De Vido y a José López. En la lectura de los cargos contra los funcionarios, la acusación detalló las sumas de 300 mil, 500 mil u 800 mil pesos o cifras similares en dólares en distintos tramos de las imputaciones y por parte de distintos representantes empresariales.
A las 16:18 se retomó la lectura de las acusaciones en la Causa Cuadernos que investiga a Cristina Kirchner y funcionarios de su gobierno por corrupción.
Después de más de dos horas de lectura del requerimiento de elevación a juicio por "la Cámarita", el expediente conexo a la causa central, el presidente del TOF 7 dispuso un cuarto intermedio de diez minutos en la octavada audiencia del juicio.
La audiencia siguió con la lectura de la siguiente acusación: los cohechos pasivos, esto es, las coimas que recibieron los funcionarios públicos.
Una misma expresión se reitera a lo largo del requerimiento de elevación y se observa en 60 páginas: “Se ha acreditado en autos que Cristina Fernández, por entonces Presidente de la República Argentina; Julio De Vido, otrora Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios; y José Francisco López, ex Secretario de Obras Públicas de la Nación, intervinieron, en carácter de coautores, en la recepción de una suma de dinero que fue entregada a Ernesto Clarens, como interpósita persona, por…”, y allí durante varios minutos iba variando el nombre del empresario.
Con el devenir de la audiencia los acusados comenzaron a escuchar, en primer término, la lectura de los cohechos activos. Es decir: los sobornos que pagaron los diferentes empresarios vinculados a la “Camarita”.
Durante decenas de páginas se detalla el dinero que los empresarios pagaban a Cristina Kirchner, Julio de Vido y José López a través de Ernesto Clarens.
A lo largo del requerimiento de elevación a juicio que firmó el fiscal federal Carlos Stornelli se detalló el principal delito juzgado en este caso: la asociación ilícita.
Consta en la acusación: “La asociación ilícita. Tengo por cierto y demostrado que Nelson Guillermo Periotti, Sandro Férgola, y Sergio Hernán Passacantando integraron una asociación ilícita junto con al menos Cristina Kirchner, Julio Miguel De Vido, Roberto Baratta, Carlos Wagner, Ernesto Clarens, Claudio Uberti, Nelson Lazarte, Rafael Llorens, José María Olazagasti, Oscar Centeno, Gerardo Ferreyra, Germán Nivello, José López, y Oscar Thomas, Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y Miguel Aznar”.
Esta organización criminal, “desarrolló sus actividades aproximadamente desde el mes de mayo del año 2003 y hasta el mes de noviembre del año 2015, y cuya finalidad fue organizar un sistema de recaudación de fondos para recibir dinero ilícito con el fin de enriquecerse ilegalmente y de utilizar parte de esos fondos en la comisión de otros delitos”.
En este tramo se hizo particular énfasis en el rol de las autoridades de Vialidad Nacional: Periotti, Férgola, Passacantando. La fiscalía dio por corroborada su intervención en dicha asociación ilícita en carácter de miembros.
¿Qué hicieron? “Desarrollaron acciones tendientes a concretar la recaudación de fondos ilícitos vinculados con las obras públicas civiles adjudicadas en el marco de la Dirección Nacional de Vialidad, y pagados, en representación de las distintas empresas a Ernesto Clarens”.
Una de las veces en la que declaró Ernesto Clarence, sostuvo: “La Camarita, es decir la Cámara Argentina de Empresas Viales, mensualmente me entregaba un listado en el que constaban las obras licitadas, en cada renglón consta una obra, de allí surge la fecha, el número de licitación, la obra licitada, el presupuesto oficial, la empresa adjudicataria y el monto ofertado, en la columna siguiente el porcentaje de sobreprecio, los renglones que tienen un símbolo azul es porque esas obras se adjudicaron competentemente”.
Había un segundo listado correspondiente al “ranking de las empresas cartelizadas. Los funcionarios no controlaban mucho salvo que hubiera un adelanto financiero. Si la licitación preveía que el adelanto financiero fuera del 20% del total de la obra, se le pedía a la empresa la entrega de la mitad del anticipo en una única entrega, si en cambio el anticipo representaba el 10% del total de obra, se le pedía a la empresa ese porcentaje en cuotas”, leyó el secretario del TOF 7.
Se recordó en la acusación que Ernesto Clarens aportó distintos listados vinculados a las empresas que realizaron pagos “en base a obras públicas adjudicadas a través de un sistema de selección ilegal preacordado, los cuales sentaron las bases y principios de esta investigación”.
Según la confesión de Carlos Wagner, uno de los pilares de este expediente, “la obra pública iba a ser uno de los métodos de recaudación de dinero para los gastos políticos. A modo de ejemplo, llamada una licitación los interesados compraban los pliegos y se reunían en distintos lugares para determinar al ganador de la licitación”.
En la lectura del requerimiento de elevación a juicio, se escucharon más detalles sobre el mecanismo de recaudación de fondos ilegales instaurado. Se explicó, entonces, por qué el nombre de “la Camarita”.
Se reunía un grupo reducido de empresarios en un lugar determinado, “entre esos lugares estaba la Cámara de Empresas Viales”. Clarens dijo que consistía en un “sistema de cartelización de obras donde se acordaba con los empresarios los proyectos a adjudicar y el monto y porcentaje que debía abonarse al respecto”.
En este expediente que tiene como principal acusada a Cristina Kirchner como jefa de la asociación ilícita, los arrepentidos “refirieron que se habrían abonado anticipos financieros a representantes estatales, a través de Ernesto Clarens, extrayendo un porcentaje del valor ofertado por la obra –generalmente, entre un 3% y un 20%- o montos más concretos y relacionados con certificados de obra”.
Para la formación de este nuevo expediente, fue de vital importancia -se continuó leyendo-, “las contribuciones realizadas por distintos imputados en la causa madre; sobre todo, en lo que concierne a José Francisco López (ex Secretario de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación), Carlos Guillermo Enrique Wagner (ex Presidente de la Cámara Argentina de la Construcción entre) y Ernesto Clarens”.
José López fue quien contó: “yo me ocupé de seguir las obras de vialidad nacional, no me ocupé de otros sectores. El OCCOVI estaba dentro de Vialidad, que era controlada por la Subsecretaría de Obras Públicas, y todos dependían de la Secretaría de Obras Públicas. A pesar de que estaba bajo mi jurisdicción funcional, no me respondía a mí, sino que hablaba con De Vido en forma directa”.
Por secretaría se comenzó a dar lectura al requerimiento de elevación a juicio de “la Camarita”, que inició el 22 de agosto de 2018 como un desprendimiento del expediente principal n° 9.608/2018, “tras reunirse elementos que sustentaran que la asociación ilícita también había operado en los rubros específicos de obra pública civil, energía y transporte”.
A raíz de esa identificación, se leyó durante la audiencia, “se formaron distintos legajos con el objeto de profundizar la investigación respecto de cada una de esas hipótesis fácticas”.
Este caso, “se formó en tenor de la obra pública civil” y la maniobra de corrupción se pudo desentrañar gracias a los aportes realizados por distintos imputados colaboradores, “quienes hicieron referencia al modo implementado principalmente por funcionarios públicos del gobierno argentino, en ese sector”.
Este martes se reanudó el juicio de los Cuadernos que hasta el 18 de diciembre continuará bajo la modalidad virtual. Se estima que para entonces, concluirá esta primera etapa de lectura de los requerimientos de elevación a juicio: la maniobra investigada y el rol de cada uno de los 86 imputados.
Las acusaciones que se comienzan a escuchar este martes están vinculadas al tramo conocido como la “Camarita”, es decir: el mecanismo que posibilitó la cartelización de la obra pública vial.
En este expediente tres confesiones de los imputados colaboradores fueron determinantes: la de José López, la de Carlos Wagner y la del financista Ernesto Clarens. Hay 51 personas imputadas y 191 hechos de cohecho activo y pasivo investigados.
¿Cómo funcionaba la "Camarita"? Clarens dio estas precisiones: “Vialidad Nacional llamaba a una licitación, compraban pliegos los interesados y todos eran convocados a la 'Camarita'. Lo primero que se hacía era 'cobrarse el pase'; es decir, si alguno de los que estaba en esa mesa le había dado el pase a otra empresa en una licitación anterior, le pedía a esa empresa que renuncie a esa obra".
Después "jugaba su posición en el ranking, hasta que ese grupo de personas reunidas se achicaba, y quedaban, a modo de ejemplo, cuatro empresas, ahí volvían a surgir los pases, hasta que surgía el ganador, si quedaban dos, iban en UTE (Unión Transitoria de Empresas)".
A lo largo de la última audiencia del juicio por el caso de los Cuadernos de las coimas, se dio lectura al requerimiento de elevación a juicio firmado por la querella, representada por la Unidad de Información Financiera (UIF). El documento acusador se refiere a Cristina Kirchner como la “principal artífice de esta organización criminal”, siendo responsable de dar las “directivas al resto de sus miembros, en claro perjuicio del Estado Nacional”. Seguí leyendo acá.
El hotel exclusivo de Cristina Kirchner integra el listado de bienes a decomisar en la causa Vialidad. Pero fue una pieza más en el circuito de coimas que la llevaron al banquillo de los acusados por ser jefa de una asociación ilícita que se dedicó a la recaudación de fondos ilegales en el caso de los Cuadernos de las Coimas. Durante la audiencia de este jueves se leyeron los sobornos que pagó JCR SA la compañía que mientras ganaba cuantiosos contratos de obra pública, también administraba Casa Patagónica Los Sauces. Seguí leyendo acá.
“La Presidenta (Cristina Kirchner) le dijo que se le adjudique una obra en el Sur a Cristóbal López. Finalmente se la dieron”. Así recordó el financista Ernesto Clarens otro caso emblemático de corrupción K, en su confesión en el marco del expediente sobre la cartelización de la obra pública, conocida como “la Camarita”, un apartado particular en el juicio de los Cuadernos de las Coimas. Seguí leyendo acá.
Tres testimonios fueron clave en este caso conocido como "la Camarita": los de José López, Carlos Wagner y Ernesto Clarens. La información aportada permitió desentrañar el mecanismo de corrupción, después avalado por los empresarios que pagaron los sobornos. Bolsas de dinero en el baño de Julio De Vido, planillas excel con porcentajes, un listado exclusivo de Cristina Kirchner, la “mesa chica” donde todo se resolvió cuando había licitaciones públicas y el destino final de la recaudación ilegal. Todo consta en el requerimiento de elevación que se va a escuchar esta semana en el juicio Cuadernos. Seguí leyendo acá.
Redactora de la sección Política, especializada en noticias judiciales. [email protected]
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