La industria manufacturera argentina mantiene un clima de prudencia frente al cierre del año . Según la Encuesta de Tendencia de Negocios difundida por el Indec, solo el 14,8% de las empresas del sector espera un aumento en el volumen de producción durante el período octubre-diciembre de 2025, en comparación con el trimestre anterior. En tanto, el 61,2% no prevé variaciones y el 23,9% anticipa una disminución.
El organismo estadístico precisó que el balance entre respuestas positivas y negativas fue de –9,1%, lo que refleja una percepción predominantemente desfavorable sobre la evolución de la actividad industrial.
El comportamiento de la demanda interna muestra un patrón similar. Solo el 14% de los industriales prevé que los pedidos del mercado local aumenten en el último trimestre del año, mientras que el 56,5% espera estabilidad y el 29,5% proyecta una caída. El balance de esta variable es de –15,5%, lo que sugiere un panorama de consumo contenido y menor dinamismo en el mercado interno.

En tanto, el nivel de exportaciones es el único indicador con un saldo positivo. El 19,9% de las empresas estima que las ventas externas aumentarán, frente a un 17,5% que prevé una disminución, lo que arroja un balance levemente favorable de +2,3%. Para el resto, un 62,6%, las exportaciones se mantendrán sin cambios.
Las perspectivas laborales dentro de la industria continúan estancadas. Solo el 3,7% de las empresas prevé incrementar su plantel de trabajadores en el corto plazo, mientras que el 78,3% considera que no habrá variaciones y el 18% anticipa una reducción. En consecuencia, el balance de expectativas de empleo es negativo en –14,4%, lo que indica que la mayoría de las compañías no planea nuevas contrataciones en el cierre de 2025.
La encuesta también indaga sobre el uso de la capacidad instalada y las limitaciones que enfrenta el sector. El 49,9% de los empresarios mencionó la “demanda interna insuficiente” como el principal factor que impide aumentar la producción, seguido por la “incertidumbre económica”, con el 10,4% de las respuestas, y la “competencia de productos importados”, con 10,1%. En menor medida aparecen los “problemas financieros” (2,5%) y la “escasez de materias primas o insumos” (4%).
Estos resultados marcan una continuidad respecto de los trimestres anteriores: las restricciones a la demanda doméstica y la inestabilidad macroeconómica siguen siendo los principales condicionantes del desempeño manufacturero.
Al evaluar la situación vigente de las empresas en septiembre de 2025, el informe señala que el 63,5% de los industriales calificó su situación empresarial como “normal”, el 28,4% como “mala” y solo el 8,1% como “buena”, lo que genera un balance de –20,2%. En términos financieros, el 63,1% consideró que su situación es “normal”, el 22,3% la definió como “mala” y el 14,6% como “buena”, con un balance de –7,7%.

En cuanto al acceso al crédito, un 34,9% de las empresas manifestó que es “difícil” obtener financiamiento, el 58,7% lo calificó como “normal” y solo el 6,4% lo consideró “fácil”. El balance de este indicador es de –28,5%, uno de los más negativos del relevamiento.
Además, la situación de los pedidos y el nivel de stock muestran señales mixtas. En septiembre, el 52,8% de las firmas indicó que su cartera de pedidos estaba “por debajo de lo normal”, mientras que solo el 3,3% afirmó tener un nivel superior al habitual. En paralelo, el 61,9% consideró “adecuado” el nivel de stock, el 24,5% lo evaluó como “por encima de lo adecuado” y el 13,7% como “por debajo”.
El INDEC también elabora un Indicador de Confianza Empresarial (ICE) que combina las percepciones sobre la producción, los pedidos y los stocks. En septiembre, el ICE de la industria manufacturera se ubicó en –23,2%, mostrando una leve caída respecto del mes anterior, cuando había sido de –21%. El índice viene descendiendo de manera sostenida desde mayo, cuando registraba –11,7%, reflejando el deterioro del clima de negocios.
El informe recuerda que este indicador “puede tomar valores entre –100% y 100%” y se construye a partir de las opiniones empresariales sobre la evolución de la producción, la cartera de pedidos y el nivel de existencias.
En lo que respecta a los precios promedio de venta, el 32,1% de los empresarios prevé aumentos en el último trimestre del año, el 58,3% estima que se mantendrán sin cambios y el 9,6% espera una reducción. Esta pregunta, aclara el organismo, “no forma parte del cálculo del indicador de confianza empresarial”, ya que los cambios en precios pueden interpretarse como positivos o negativos según el contexto económico de cada firma.
Por último, al ser consultados sobre la evolución general de su negocio, el 12,3% de los industriales espera una mejora, el 72,3% prevé que la situación se mantendrá igual y el 15,4% anticipa un empeoramiento.
