El plan financiero que busca canalizar unos u$s20.000 millones hacia la Argentina se encuentra demorado debido a que los bancos involucrados solicitan garantías que respalden la devolución de los fondos, informó The Wall Street Journal, citando fuentes cercanas a las negociaciones.
El grupo de entidades compuesto por JPMorgan Chase, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup colabora con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la estructuración del paquete, que forma parte de una iniciativa más amplia de u$s40.000 millones impulsada por la administración de Donald Trump para apuntalar al gobierno del presidente Javier Milei. La mitad de ese monto provendría de un swap de monedas entre el Tesoro estadounidense y la Argentina, mientras que la otra mitad correspondería a un crédito coordinado por los bancos privados.
Sin embargo, las negociaciones se encuentran en pausa debido a que las entidades financieras no están dispuestas a asumir riesgos sin un colateral definido. Según el diario neoyorquino, los bancos esperan que el Tesoro determine si ofrecerá algún tipo de respaldo directo o si la garantía deberá provenir de activos argentinos. "Las conversaciones sobre esta facilidad continúan, y esperamos poder compartir más detalles cuando concluyan las negociaciones", señaló un portavoz del Tesoro citado por el medio.
La falta de claridad sobre qué activos podría ofrecer la Argentina -como bonos soberanos o ingresos futuros por exportaciones- mantiene en suspenso la operación. Las opciones son limitadas: los bonos nacionales cotizan muy por debajo de su valor nominal y comprometer recursos fiscales o del comercio exterior implicaría costos políticos en un contexto de sensibilidad interna frente a la injerencia de Washington.
El antecedente más cercano es el rescate a México en 1995, cuando el Tesoro estadounidense concedió financiamiento a cambio de garantías respaldadas en las exportaciones petroleras. En esa oportunidad, el préstamo fue reembolsado y el peso mexicano se estabilizó.
En el caso argentino, el swap de monedas por u$s20.000 millones no requiere colateral según la legislación estadounidense. Aun así, analistas advierten sobre el alto nivel de riesgo de la operación. "Si el peso continúa depreciándose, el Tesoro se quedaría con activos cuyo valor se reduce rápidamente", explicó Brad Setser, exsubsecretario adjunto del Tesoro durante la administración Obama, al ser consultado por The Wall Street Journal.
El Tesoro estadounidense mantiene un papel central en la definición del esquema, lo que limita el margen de acción de los bancos privados. De acuerdo con las fuentes citadas, las autoridades buscan un equilibrio entre la urgencia del gobierno argentino por reforzar reservas y la necesidad de minimizar los riesgos financieros.
La intervención directa del Tesoro también generó inquietud en el Fondo Monetario Internacional (FMI), principal acreedor de la Argentina, le debe más de u$s60.000 millones.. Según el periódico, funcionarios del Fondo expresaron su preocupación ante la posibilidad de que Washington priorice el repago de su propio crédito frente a los compromisos asumidos con el FMI. "El organismo está decidido a apoyar a la Argentina en su proceso de estabilización y crecimiento, trabajando junto al Tesoro de Estados Unidos y las autoridades locales", respondió un vocero del Fondo al medio estadounidense.
Los bancos de Wall Street han evitado prestar a la Argentina en los últimos años, debido a su historial de incumplimientos y restricciones de acceso a los mercados internacionales. La economía argentina -la tercera más grande de América Latina- atraviesa una crisis prolongada de deuda e inflación, con nueve defaults soberanos desde mediados del siglo XX, tres de ellos ocurridos desde el año 2000, remarca The Wall Street Journal.
A lo largo de las décadas, la Argentina recibió más de 20 programas de asistencia del FMI, sin lograr una estabilidad duradera. Como se dijo más arriba, el actual acuerdo, firmado este año, mantiene una deuda pendiente de alrededor de u$s60.000 millones, la mayor en la historia del organismo.
El swap bilateral con el Tesoro estadounidense, anunciado recientemente por el Banco Central argentino, busca reforzar las reservas internacionales y contener la presión sobre el tipo de cambio. Tras la confirmación del acuerdo, el peso registró una leve recuperación, aunque rápidamente volvió a perder valor frente al dólar. En lo que va del año, la moneda acumula una depreciación cercana al 30%, lo que eleva la preocupación sobre la sostenibilidad del esquema.
El financiamiento proyectado representa una parte significativa del Exchange Stabilization Fund, el fondo del Tesoro destinado a intervenciones de emergencia en los mercados cambiarios. Por ese motivo, la decisión sobre las garantías exigidas será clave para determinar si los bancos privados finalmente se suman al paquete de rescate.
Hasta que se aclare el mecanismo de respaldo, el plan financiero continúa en suspenso, mientras los funcionarios estadounidenses y las entidades involucradas evalúan el nivel de riesgo y las condiciones necesarias para avanzar en la operación.
El swap con la Argentina absorbería casi todos los recursos disponibles del Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro norteamericano, el mismo instrumento que en 1995 utilizó el presidente Bill Clinton para rescatar a México tras la llamada "crisis del tequila".
En aquel caso, los préstamos fueron garantizados con exportaciones de petróleo y luego completamente devueltos.
El Banco Central local confirmó que se alcanzó un principio de acuerdo sobre los términos del swap con el Tesoro estadounidense, aunque sin brindar detalles. El anuncio dio un respiro momentáneo al peso, que sin embargo volvió a perder terreno frente al dólar horas después.

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