
Comenzó la cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas nacionales y el gobierno de Javier Milei busca mantener a raya el dólar a toda costa a fin de evitar un traslado a precios que minaría las chances electorales del oficialismo. Con ese objetivo en mente, el equipo económico anunció la apertura de una ventana de liquidez de emergencia para absorber los pesos en manos de los bancos que quedaron sueltos tras la última licitación de deuda. El panorama luce desafiante ya que el Tesoro enfrenta vencimientos de deuda por más de $24 billones hasta octubre.
Desde el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), el Gobierno lidia con tasas de interés volátiles. En un contexto de falta de instrumentos para canalizar la liquidez bancaria, el ministro de Economía, Luis Caputo, convalidó una fuerte suba de los rendimientos que le paga a los bancos para poder absorber sus pesos: pasó de 29% a 69% anual en cuestión de semanas.
Luis Caputo ofreció una tasa que duplica la inflación pero solo renovó el 61% de los vencimientos de deuda
En la última subasta de deuda, el titular del Palacio de Hacienda ofreció un retorno de hasta 4,48% mensual en las Letras Capitalizables (LECAP), lo que implica más del doble de la inflación que marcó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en julio: 1,9%. A pesar de la jugosa oferta, la administración libertaria solo pudo renovar el 61% de los vencimientos y quedaron afuera unos $5,7 billones, que tendrán que ser pagados en efectivo a los acreedores.
Para prevenir que esos pesos pongan presión sobre el dólar oficial, que ya retrocedió más de 5,5% desde el pico de $1.385, la Secretaría de Finanzas de la Nación informó que el lunes 18 abrirá una licitación de deuda fuera de calendario, exclusivamente para bancos. ¿Qué buscan? Aspirar el excedente de $5,7 billones.
"Los pesos excedentes de la licitación de hoy (ayer) serán absorbidos de manera inmediata. En este caso, serán absorbidos mayoritariamente vía aumento de encajes remunerados con nuevos títulos públicos a ser suscriptos el lunes próximo (día de la liquidación de la licitación), a través de una nueva licitación del Tesoro", explicó Federico Furiase, director del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y hombre de confianza del ministro de Economía.
Por su parte, Caputo explicó que el esquema vigente actual implica que si no logran renovar el 100% de los vencimientos en las ventanas de deuda en pesos, el Tesoro paga con las reservas en moneda nacional que tiene en el BCRA. A su juicio, esta operación aumenta la Base Monetaria pero no la Base Monetaria Amplia, que además suma los pasivos remunerados y stocks del Tesoro en la cuenta del Central.

"Si esta cancelación de deuda (aumento de BM) es entendida por el BCRA como un aumento en la demanda de dinero o de crédito ('punto Anker'), este aumento de BM no se esteriliza. Si la no refinanciación del 100% de la deuda, no fuera entendida de esta manera por el Banco Central (como es la situación actual, producto del escenario pre-electoral), esos pesos se esterilizarán, ya sea a través de encajes remunerados, no remunerados, u otro mecanismos que el BCRA considere pertinente", indicó el jefe de Economía.
Asimismo, Furiase anticipó que "no sobrarán pesos en ningún momento del tiempo" y reforzó la teoría del ministro: "Si en la licitación del Tesoro el roll over es menor al 100%, el Tesoro usa sus reservas en pesos en el BCRA para cancelar deuda y la Base Monetaria amplia se mantiene fija. Si el roll over del Tesoro es menor al 100% por un aumento en la demanda de dinero/crédito ('punto Anker'), el BCRA no esteriliza la expansión de Base Monetaria, el Tesoro cancela deuda y la Base Monetaria Amplia permanece fija".
"Si el roll over del Tesoro es menor al 100% y se considera que no es convalidado por un incremento en la demanda de dinero, el BCRA esteriliza dicha expansión monetaria con la herramienta que considere óptima. Cuando no hay convalidación monetaria juega Menger y se cambia el chip", sumó.
En esta línea, el Banco Central implementará un paquete de medidas que forman parte de un apretón monetario para limitar la circulación de “pesos sueltos” que afecten la tasa de interés y, a la vez, frenar un eventual impacto en el tipo de cambio.
Con tasas más altas, Luis Caputo resigna la actividad económica para controlar el dólar
Entre los cambios dispuestos, desde el 18 de agosto el efectivo mínimo que tienen los bancos, llamado encaje, pasará a controlarse día por día en lugar de promedios mensuales, eliminando la posibilidad de compensar faltantes con excedentes de otras jornadas. Además, se fijan multas más severas para quienes incumplan los encajes o excedan los límites en dólares, equivalentes a tres veces la tasa mayorista.
Por último, se incrementa en 5 puntos porcentuales la exigencia de encajes para depósitos a la vista, plazos con cancelación anticipada y fondos money market hasta fines de noviembre, con la opción de integrar parte de esa exigencia con bonos en pesos emitidos por el Tesoro.
Más allá de las explicaciones técnicas del equipo económico, un informe de Estudios Económicos del Banco Provincia estimó que hasta las elecciones nacionales de octubre vencen unos $24 billones, cifra equivalente al 2,8% del Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina. Si se coloca la lupa en la dinámica hasta diciembre, el monto trepa a $48,5 billones (5,6% del PBI).
El principal desafío del Gobierno es sortear las licitaciones de deuda en pesos sin tener volatilidad en las tasas de interés ni tensión en el plano cambiario. Si bien hasta el momento las oscilaciones del dólar no se trasladaron de forma directa y generalizada a los precios, un escenario de recalentamiento de la divisa podría fogonear la inflación en la antesala de los comicios legislativos.
