Las altas tasas de interés que imperan en el mercado financiero argentino, producto de un desajuste en la liquidez, continuó este jueves condicionando los negocios en general.
A partir de la eliminación de las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez) el 10 de julio, la plaza financiera quedó sin una referencia de tasas de interés, que en la operatoria entre privados el miércoles se elevaron a la zona de 60% nominal anual y este jueves quedaron más cercanas al 40 por ciento.
La presión de las tasas obligó a que el Tesoro colocara seis títulos con renovación parcial de vencimientos y muy altos rendimientos, por un valor efectivo de 9,15 billones de pesos -equivalentes a unos USD 6.963 millones- en una licitación de bonos de corto plazo, al tiempo que canjeó una Letra con vencimiento en enero de 2025.
El Ministerio de Economía obtuvo así un rollover -renovación- sobre los vencimientos del 61,1%, aunque el Gobierno debió convalidar tasas máximas cercanas al 55% nominal anual en los tramos cortos, frente a una inflación proyectada para el 2025 ligeramente por debajo del 30 por ciento.
“Ahora la duda ronda en torno al sobrante de pesos y su destino como cobertura, en un año alterado por las elecciones de medio término y donde el oficialismo buscará sumar representación en el Congreso”, evaluó Reuters.
Desde mitad de julio se dejó de lado una tasa de política monetaria con la cancelación de las letras LEFI, por lo que el mercado ahora se mueve con una tasa endógena de acuerdo a oferta y demanda de pesos, lo que llevó a que las cauciones bursátiles vengan de fluctuar entre 30% y 120% anual por un día.
Al respecto, el rendimiento caucionado -préstamos bursátiles entre privados- quedó a 39,5% nominal anual a un día de plazo, y a 40% a siete días de plazo.
Estas altas tasas en pesos atentan contra la inversión en otros activos, como las acciones, de renta variable. Al cierre el índice líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio cayó un 4,3% a 2.188.542 puntos.
Entre los ADR y acciones de empresas argentinas negociados en dólares en Wall Street se impusieron las bajas de hasta 9%, encabezadas por Banco Supervielle.

Los bonos soberanos en dólares -Bonares y Globales- promediaron una pérdida del 0,6 por ciento.
“Las altas tasas de interés conspiran contra los activos de riesgo, sumado a la incertidumbre política y económica”, dijo a Reuters un analista corporativo de Bull Market Brokers, a la vez que recordó que el panel de acciones líderes de la Bolsa pierde algo más del 30% medida en dólares durante este año.
El INDEC informó que la inflación de julio anotó un 1,9% y acumuló el 17,3% en los primeros siete meses del año, perfilándose un nivel en torno al 2% para agosto entre las primeras proyecciones de analistas privados.
La tendencia de los precios minoristas viene en aumento contra un 1,6% en junio y el 1,5% en mayo pasado, el menor avance mensual desde la asunción del presidente libertario Javier Milei en diciembre del 2023.
Previo a un feriado puente con fines turísticos dispuesto por el Gobierno para el viernes, el dólar mayorista estuvo ofrecido en un piso de $1.290 para la venta en el mercado mayorista, para cerrar en los 1.300 pesos, tras haber anotado un máximo de $1.374 en el cierre de julio.
“En materia de tasas, la estrategia oficial de bajarlas ‘endógenamente’ requiere una gestión de liquidez precisa, algo que hasta ahora no se ha logrado del todo, reflejándose en alta volatilidad de corto plazo y baja renovación en las próximas licitaciones”, sostuvo Federico Filippini, economista de Adcap Grupo Financiero.