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Tuve un sueño

hace 7 horas en perfil.com por Mónica Martin
Cristina Fernández de Kirchner

Hace unos días, tuve un sueño placentero. Soñé que la ex presidente K habia sido definitivamente condenada.

Y casi inmediatamente se dirigía con calma a la población expresando que, a su pesar, las instituciones se pronunciaron y los fallos de la justicia en un país democrático debían ser acatados.

En ese entender, ella exhortaba a todos sus acólitos a mantener la calma, evitando cualquier manifestación de intolerancia, tal como las agresiones violentas, concentraciones inútiles, ocupaciones de universidades, piquetes, cortes de ruta, y por supuesto, agresiones a la propiedad privada o pública.

Señalaba además que todas estas demostraciones, solo conseguían dañar a los sufridos argentinos, impedidos en muchos casos de trasladarse con seguridad, o poder acceder a sus diversos destinos, trabajo, salud, ocupaciones, etc.

También en ese sueño, la ex presidenta exhortaba a sus partidarios a aceptar las disposiciones de la justicia con calma, dado que ella misma había acatado con serenidad el dictamen de su condena definitiva. También soñé con un país donde no había piquetes ni ocupaciones de espacios públicos a diario, donde las vociferaciones eran reemplazadas por el diálogo sereno.

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Donde los estudiantes estudiaban en lugar de promover tomas de institutos universitarios. Donde las instituciones funcionaban con aparente normalidad. Lamentablemente, al despertar comprobé que el gran hecho alentador fue que en un histórico fallo, la Suprema Corte decretó en forma definitiva, la prisión de la casi eterna ex presidente.

Las instituciones, en ese caso, se pronunciaron y obviamente, deben ser acatadas.

No obstante, al despertar comprobé también que había rutas bloqueadas, agresiones a un canal de TV, concentraciones celebrando la presencia en el balcón de su domicilio a su conductora (¿alguno de ellos trabajará?), facultades tomadas -aun cuando por sectores minoritarios-, y llameantes declaraciones de partidarios, ex funcionarios, legisladores y periodistas afines. Lo significativo consiste en que en la mayoría de las manifestaciones provenientes de sus partidarios, se destaca nítidamente una ausencia: la alusión o el análisis de los hechos concretos que originaron el juicio que condujo a la condena.

Fue demostrado largamente, a lo largo de 17 años de tránsito judicial del expediente, que hubo una enorme e histórica corrupción y asalto a las arcas públicas. Lo analizaron decenas de jueces y fiscales, muchos de ellos nombrados durante la gestión K, incluyendo algunos que fueron sus ministros durante su gestión gubernamental.

Y esa ausencia se ve reemplazada por alusiones de carácter doctrinario, generalizaciones o afirmaciones sin fundamento concreto. En general, son apelaciones, en muchos casos, retóricas, mucho más allá de la evaluación de la realidad concreta. Este proceso retrata también con elocuencia, lo que es el populismo, doctrina que los nutre.

El populismo es relato, simplemente eso. La realidad, los hechos, son secundarios. Simplemente la apelación emocional para despertar adhesiones.

Lamentablemente la enfermedad populista está aún muy vigente en vastos sectores del país, aun cuando en disminución.

Esa es todavía, con la ex presidenta K condenada y presa, un muestra de la Argentina K que no acepta que su turno ha concluido.

14-12-2024-Alfabetización inicial Córdoba