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En la última semana, los anuncios económicos sobre la flotación del dólar y la liberación del cepo cambiario reactivaron la inquietud acerca de qué pasará con el consumo a partir del comportamiento de los precios de los bienes y servicios. Osvaldo del Rio, director de la consultora Scentia, compartió su mirada sobre las ventas en los supermercados y comercios de proximidad.
-Tanto en la Argentina como en el mundo, el escenario económico presenta una serie de interconexiones y desafíos particulares. No somos ajenos al contexto: las posibles subas de las tasas de interés internacionales, los precios de las materias primas y la inestabilidad financiera global, son variables no controlables que podrían generar algún impacto en el proceso que está llevando adelante el Gobierno para estabilizar la economía y lograr un crecimiento sostenible.
Si bien las recientes medidas económicas tomadas son razonables y no son sorpresivas, dado que van en línea con el discurso, también es cierto que dependen en gran medida de la confianza de los distintos agentes económicos y cada uno de ellos tiene objetivos y expectativas dispares. Argentina debe transitar por un camino claro, con objetivos de largo plazo donde no se vuelva a incurrir en déficit y de una vez se logre la tan necesaria estabilidad macroeconómica. La consolidación de los principales ejes, el fiscal y cambiario, para generar confianza va a ser determinante.
-El consumo masivo empaquetado, que mide todos los productos con código de barra, está en una situación delicada como consecuencia de una retracción mayor a 13% en 2024, una de las más fuertes que vimos en años.
-Los primeros tres meses de 2025 mantuvieron variaciones negativas (siempre en la mirada versus el mismo mes del año anterior). Acumulan en el primer trimestre una contracción del 8,6% respecto del mismo periodo del año pasado. Sin embargo, desde abril de 2024, en la comparación mes a mes, hay estabilidad en la cantidad de unidades vendidas, situación que estaría marcando una nueva base. Estos valores surgen de la medición de supermercados y autoservicios independientes que, en su conjunto, representan cerca del 70% de las ventas de las canastas de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza. La otra porción, 30% restante, se produce en almacenes de barrio, kioskos y farmacias que, a diferencia de los anteriores canales, están mostrando un comportamiento positivo.
-Si bien el ingreso se fue recuperando en los últimos meses, tomará tiempo reducir la brecha generada entre el último trimestre de 2023 y el primer bimestre de 2024. En contextos de pérdida de poder adquisitivo, es común que las personas opten por puntos de venta cercanos a sus domicilios para realizar compras de pequeñas cantidades y así administrar mejor el gasto, es parte de una serie de hábitos que ya se han visto en otras etapas. Esto ocurre incluso cuando los precios son más favorables en los supermercados, que son un 20% más económicos en una canasta comparable de más de 1.500 productos.
También estaría cambiando su tendencia y comenzando a mostrar datos positivos después de varios meses negativos, considerando que estos canales de cercanía se abastecen en gran medida de ellos.
-Según los modelos económicos que se utilizan y dan alguna idea de lo que puede suceder, para 2025 los valores esperables rondan en un crecimiento de entre 3% y 5%, siempre que el contexto sea estable, generando de esta manera una recuperación de lo perdido en 2024.
-Esto puede cambiar, dependiendo de las principales variables económicas,: el precio es la más determinante. En este sentido, las nuevas condiciones cambiarias, con bandas de flotación, podrían influir en mayor o menor medida según las decisiones que tomen las empresas con respecto a este indicador tan delicado.
-Ya estamos notando algunos primeros síntomas positivos en algunas canastas que comienzan a reaccionar, por ejemplo, la canasta de alimentación. Entiendo que el consumo masivo va a competir con otros sectores que han estado postergados y que ahora muestran indicadores positivos, como los productos de bazar, textiles y bienes durables. Esto se debe, en gran parte, al retorno del crédito y las cuotas, al igual que en otros sectores de la economía como la industria automotriz.
-Actualmente, los consumidores deben distribuir sus ingresos en una mayor variedad de opciones de gasto que en años anteriores, incluyendo el pago de tarifas, que hoy representan una parte importante de su presupuesto. Es probable que continúe el proceso de recuperación de ingresos, pero posiblemente será heterogéneo dependiendo de cada caso. Personalmente espero que esto continúe, dando mejoras concretas a la gente y asegurando un acceso al consumo más equitativo.

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