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Sonia Delaunay: el sol a medianoche

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Sonia Delaunay: el sol a medianoche

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) editó hace un tiempo un libro precioso sobre la gran Sonia Delaunay. Cuenta la historia de una artista que lleva a su hijo de viaje a comienzos del siglo pasado para experimentar el poder de los colores. Van en auto -gran novedad de aquellos tiempos- a un salón de baile en Francia y a una feria en Portugal, entre otros lugares. El nene descubre formas y sonidos y las maneras en las que se combinan en las pinturas de su mamá, sin aparecer literalmente representados.

Pocos textos nos acercan de un modo tan certero y alegre al mundo de Sonia y su pareja Robert Delaunay, próceres de la abstracción. Será porque fue pensado para el chico que llevamos dentro, abierto al juego, amorosamente, sin almidonar.

"Vestidos simultáneos". De Sonia Delaunay, 1925. Foto: Museo Thysen

Desde la década de 1910, los Delaunay trabajaron juntos para crear un arte que mostrara el estallido de las certezas y un vértigo inédito, entre otras claves de su época. Y en el arte su idea central es que el color crea espacios y formas y se la conoció como simultaneísmo. A Robert lo aplaudieron antes, aunque Sonia fue la primera mujer que expuso en vida en el Museo del Louvre de París en 1964 (tras una importante donación de trabajos).

Hubo hitos en el camino de Sonia Delaunay. Uno, insoslayable, ocurrió cuando diseñó una manta para su bebé Charles –como se llama también el protagonista del libro del MoMA-. Era un collage abstracto hecho con retazos, un patchwork, con el que por primera vez su pintura saltó, sin prejuicios, de los marcos a la vida real.

Sonia Delaunay, la artista. Foto: Tate Modern

Sonia Delaunay no se quedó ahí. Nunca lo hizo. Había nacido con otro nombre (Sara Stern) en 1885 en una familia judía pobre en la Ucrania actual y creció con tíos ricos de San Petersburgo, Rusia, entre clases de pintura y vacaciones con visitas a museos importantes de Europa. Sabía desde chiquita que todo puede cambiar rápido.

Sonia Delaunay con Robert Delaunay. Foto: archivo

Van Gogh, Gauguin y Matisse encandilaron a Sonia Delaunay. En 1908 hizo una muestra con obra de ese estilo en la galería de Wilhelm Uhde en París, con quien se había casado para no volver a Rusia. Ahí conoció Robert y no se separaron hasta que él murió en 1941.

"Ritmo del color". En una muestra en Suiza. Foto: EFE

Tras la revolución bolchevique, Sonia Delaunay dejó de recibir plata de la familia. Empezó a trabajar como vestuarista en ballets rusos de vanguardia y decoradora, y diseñó cada vez más. Abrió Casa Delaunay en Madrid y luego Boutique Simultané en París.

Auto arty. Con diseños de Sonia Delaunay, década de 1920. Foto: Tate Modern

Entre los trabajos famosos de Sonia Delaunay están los óleos con círculos dinámicos, que danzan, y sus “vestidos simultáneos”. Creó el primero en 1913 para bailar tango en París. El poeta Guillaume Apollinaire lo definió como “una pintura viviente”.

Diseños. De Sonia Delaunay. Foto: archivo

Sonia Delaunay hizo desde entonces ropa combinando telas baratas y lujosas, e incluso cartones; polleras más cortas que lo usual, y siluetas ligeras, es decir, casi todo eso que imaginamos al pensar en una chica "de avanzada" en las primeras décadas del siglo pasado. Y vistió a Aída y a Cleopatra en puestas de ópera y teatro aún recordadas.

Arte a la moda. De Sonia Delaunay. Foto: Tate Modern

La pintura de Sonia Delaunay siguió y siguió escapando de las telas para convertirse en corbatas, paraguas y autos que hoy llamaríamos arty, y sus diseños entraron a los cuadros. Un tapado que usó Gloria Swanson en la película El ocaso de una vida (1950) está en Vestidos simultáneos, uno de sus cuadros imperdibles.

Sonia Delaunay. Ritmos, de 1962. Foto: archivo

La vida de Sonia Delaunay fue una ruleta. Experimentaba con los dadaístas y llegó la Primera Guerra Mundial. Enviudó a los 43 años, durante la Segunda, unida a la resistencia contra los nazis. De mayor, un accidente le quitó movilidad. Pero murió a los 94, creando. En medio de alguno de esos cimbronazos explicó: “A pesar de todo, sé que hay algo fundamental que será la base de la pintura del futuro. El sol sale a medianoche”.

¿Charles Delaunay? Habrá sufrió por lo mismo que los padres. Pero lo marcaron los colores y los ritmos modernos de los cuadros familiares: de hecho, se dedicó a difundir jazz.

Judith Savloff

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